03 junio 2005
Inmóvil
Abrí los ojos por primera vez. Estaba inmovilizado por completo. A pesar de que en apariencia no había nada que me impidiera moverme, mis esfuerzos por lograrlo resultaron completamente inútiles. Cerré los ojos y pude sentir sobre mi piel una sensación cálida que no había notado hasta entonces. Abrí los ojos de nuevo: delante de mí sólo podía ver la inmensidad del maizal y la sombra que proyectaba mi cuerpo forrado de paja.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Una hermosa imagen. Una hermosa sensación. Hasta que he leído el comentario anterior, claro...
Publicar un comentario